Como sugiere el título del libro, Las palabras de ¡a ética, esta obra comprende un análisis, desde un punto de vista problemático y no histórico, de los principales conceptos que atraviesan la historia de la filosofía moral. Este análisis se caracteriza, precisamente, por una rigurosa ■ atención a las palabras, a las múltiples significaciones que subyacen a conceptos morales fundamentales, considerando contextos teóricos de clara relevancia en el debate filosófico contemporáneo.
La obra parte de un examen del concepto mismo de ética, teniendo en cuenta que la etimología del término refiere tanto al ámbito de las costumbres que definen el modo de vivir de personas y comunidades, como a lo que significa en sentido amplio el morar, o a la esfera del propio carácter y el cuidado de sí. El autor muestra que estas acepciones se entrelazan en una comprensión de la ética que supone, por una parte, la referencia a normas establecidas históricamente y, por otra parte, a la posibilidad de una reflexión crítica sobre estas normas, reflexión que debe seguir el ideal, siempre inagotable, de una vida buena. De este modo, se da comienzo a una indagación que pasa por el estudio de temas como los siguientes: los diferentes aspectos constitutivos de la experiencia ética, la distinción entre metaética y ética, normativa, la compleja contraposición entre universalismo y relativismo, el problema del naturalismo en ética, las nociones de responsabilidad y libertad, el conflicto moral, y cuestiones concernientes a los límites y posibilidades de la ética aplicada. En el transcurso de esta indagación se hace patente cuán esencial es para el desarrollo de la ética-filosófica el pensamiento reflexivo y crítico, aquel que es capaz de integrar posiciones aparentemente contradictorias, y que incentiva el cuestionamiento de perspectivas que se imponen desde intereses o circunstancias particulares.
Traducción de Gustavo Gómez Pérez.